Por Renato Perez
El fútbol peruano vive uno de sus momentos más tensos de los últimos años. Este domingo, la sede de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), ubicada en la cuadra 20 de la avenida Aviación, amaneció con afiches que contenían amenazas de muerte dirigidas a los árbitros de la Liga 1. El hecho ha causado alarma y rechazo generalizado en el ámbito deportivo nacional.
Los mensajes, pegados en la puerta principal y en las paredes del local, incluían frases como “Cuando matemos a un árbitro van a dejar de robarnos”, además de insultos dirigidos al Comité de Árbitros (Conar) y a la organización del campeonato. En la parte superior de los carteles se encontraba el hashtag “#AlianzaSeDefiende”, lo que ha generado aún más controversia por una supuesta vinculación con sectores radicales del entorno del club íntimo.
Según testigos del hecho, el incidente se produjo alrededor de las dos de la madrugada. Un grupo de personas llegó hasta las instalaciones de la FPF, colocó los afiches y golpeó violentamente la puerta antes de retirarse rápidamente. No se registraron daños materiales, pero el mensaje fue claro y directo: una amenaza explícita a los árbitros del torneo.
Efectivos de la comisaría de San Luis acudieron al lugar poco después para brindar resguardo a la sede y garantizar la seguridad del personal que labora en el edificio. La Policía Nacional ha iniciado una investigación para identificar a los responsables, revisando las cámaras de seguridad instaladas en la zona.
Hasta el cierre de esta nota, la Federación Peruana de Fútbol no ha emitido ningún comunicado oficial sobre lo ocurrido. El silencio institucional ha generado diversas reacciones, ya que se esperaba una postura firme frente a este tipo de amenazas que ponen en riesgo la integridad de quienes forman parte del campeonato.
Este acto se produce en un contexto especialmente convulso para la Liga 1, donde las decisiones arbitrales han sido blanco de fuertes críticas por parte de hinchas y dirigentes. No obstante, la violencia nunca debe ser una vía de protesta ni de presión.
Lo sucedido esta madrugada debe servir como un llamado de atención para todo el entorno del fútbol peruano. La violencia no puede normalizarse ni permitirse en ninguna de sus formas. Las autoridades deberán actuar con firmeza para esclarecer el caso y prevenir futuros episodios similares.
12/05/2025
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